Marisa se ha hecho muchas veces esa pregunta, y no siempre se ha respondido de la misma forma, pero siempre dentro de la horquilla del sí sin condiciones al como se quiere a un amigo. Aunque a veces, cuando su amor le parecía un sueño inalcanzable, se consolaba mintiéndose a sí misma, ella conoce de sobra la verdad y sospecha, además, que Marta la intuye; pero no va a confesar a esa mujer, a las primeras de cambio, lo que se ha negado a sí misma, y también a Ramón, durante tanto tiempo.
-¿Tú que crees?- pregunta, afirmando con la mirada.
Marta, que comprende, le sigue el juego. Asimila la respuesta sabedora de que está de más seguir por ese camino. Marisa ha llegado al límite de confidencias del día, y se necesitaría una amistad más fuerte para satisfacer plenamente su curiosidad. Tal vez haya oportunidad más adelante.
- Bueno, no importa. Perdona si te he molestado.
- No, no me has molestado. Estoy un poco cansada, eso es todo -dice Marisa en tono conciliador.
- Sí, ha sido un día agotador. Yo también estoy muerta. Creo que me voy a ir al hotel. Necesito descansar y ordenar mis ideas. Mañana vuelvo a Huesca.
- ¿Nos veremos antes? -pregunta Marisa.
- Posiblemente no, pero ¿quién sabe? Tengo que comprar el billete de tren todavía. Por si acaso, déjame tus datos.
- Mejor me das el nombre del hotel y tu habitación. Te dejaré un sobre con mi teléfono móvil, la dirección de correo electrónico, el apartado postal del que te he hablado y las instrucciones para comunicarte conmigo. Ya sabes que no debes utilizar el teléfono ni el correo electrónico para hablarme de Ramón, pero llámame si tienes que venir a Madrid por algo, y tienes tiempo para comer o tomar un café aunque sea.
Marta hurga en el bolso, saca una libreta y anota con cuidada letra su número de móvil, la dirección de correo electrónico, y el número de habitación del hotel. Se despiden con dos besos, y ya en la calle marca el número de su taxista favorito.
-.-
4 comentarios:
Llevo muy poco tiempo leyendote pero he de confesarte que me intriga esta historia, y que seguire leyendola cada vez que escribas. A ver si a la proxima no dejas pasar tanto tiempo de una a otra.
Un saludo.
Comentaría algo interesante pero aparte de decir que bien escribes no se me ocurre nada porque tendré que volver a leer todo lo anterior en cuantito pueda.
Un abrazo
Acabo de encontrarme con tu espacio, lo leeré con pasión
En más de una ocasión quería preguntarte por Marta. He hecho verdaderos esfuerzos por ser discreta. Hoy, confieso que estoy contenta de que de nuevo retomes la historia.
Un beso
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